Cien años de soledad. Uno de los libros más conocidos de García Márquez – si es que no lo es. ¿Prestigio? Sí. ¿Fama? También. ¿Premios? Por supuesto. Al parecer una de las mejores obras de este autor. Miles de copias en todo el mundo. Cuando una de ellas llega a las manos de un lector, este no piensa en el pasado del libro, en lo que hay atrás, sino en el orbe de la historia que están tocando sus pulgares. Pero, ¿por qué no hacerlo?
La mala suerte y el poco dinero fueron algunos de los enemigos de García Márquez. Tenía una familia que mantener y eso no le permitía vivir de lo que él más goza: escribir. Igual " (...) poco a poco fui abandonando todo hasta que la realidad insobornable me obligó a escoger sin rodeos entre escribir o morir" dice. Nada pudo contra sus ganas de hacer lo que más le gusta. ¡Cuán grande habrá sido su pasión hacia la escritura que, pese a que atravesaba un momento difícil, se dedicó por completo a esta obra! Y, ¡qué tan buen escritor es que hasta sus amigos vieron futuro en ella y no dudaron en ayudarlo pagando sus cuentas mientras la hacía!
Lamentablemente las personas no suelen husmear la vida de los libros, más sí las vemos bastante interesadas en la de otros y los juzgan a partir de ella. Mal. Quizás si aquel lector supiese acerca del desarrollo de la novela con la que empiezo estas líneas, la llegaría a valorar más.
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