lunes, 25 de octubre de 2010

Limeña y contenta




Varias veces lo he dicho, odio Lima, pero no me imagino la vida fuera de ella. Es algo parecido a la popular frase “Hoy me gusta la vida mucho menos, pero siempre me gusta vivir” del poema de César Vallejo que lleva como nombre la primera parte de ella. Siempre lo he visto así. Lima es una ciudad gris, de repente un poco sucia, deprimente, monótona. No obstante, no estar en ella me pone melancólica, quizás esto se deba a que he encontrado cierta clase de felicidad dentro de ella, o simplemente estoy acostumbrada a estar en ese ambiente sombrío. Prefiero pensar que no es así y que en verdad Lima tiene cosas buenas que me enamoran y no me dejan despegarme de ella, como lo amable y lo abierta que es su gente. Por más de que lo ansíe y quiera con todas mis ganas, no puedo cambiar aquellas cosas que me disgustan de mi ciudad. Igual, si es que tuviese el poder de hacerlo, no lo haría. A veces solo cuando todo parece estar mal, uno se da cuenta de las cosas buenas. Entre algo feo, lo bonito resalta, si todo fuera bonito, nada sería visto como lo mejor. Esto es un pensamiento, solo eso. Creo que muchos estarán en mi contra cuando lean esto, pero eso está bien, son solo puntos de vista. Yo acepto todos los puntos de vista  y me gusta que cada uno tenga el suyo. Por ejemplo, siguiendo con el tema de la “ciudad de los reyes”, en las elecciones, voté por Lourdes Flores. Al igual que la mayoría de aquellos que votaron con la cabeza el pasado 3 de octubre, tenía varias razones para marcar el símbolo de mi candidata. Pero, pese a que soy fiel a ella, respeto las opiniones de los demás. De eso se trata. ¿Por qué voté por ella? ¿Me informé? Pues sí. ¿Me dejé influenciar por las palabras de mis papás? Sí, también. Recién he cumplido 18, tenía que hacerlo. Pero el voto era mío y solo mío y detrás de él no solo estaban las propuestas, y la simpatía hacia Lourdes Flores, sino también unas ganas terribles de demostrar que yo no me dejo llevar por las sonrisas y gestos amables de una “tía chévere que ha “lanzado” una que otra vez y escucha reggae”. Está bien si votaste por ella. De eso se trata nuevamente. De votar por el que quieras, siempre y cuando lo hagas queriendo que tu ciudad mejore. Igual ten presente, como yo lo tengo, que no la podrás cambiar, no. No la podrás limpiar de todo mal, para nada.

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